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Version espagnole : Manifiesto Salvemos el Clima

  • Publié le 1 décembre 2013

Autores : Roger BALIAN, Rémy CARLE, Hervé NIFENECKER, Bernard LEROUGE

Manifiesto "Salvemos el Clima"

La concentración de gases con efecto invernadero en la atmósfera de nuestro planeta alcanza, hoy en día, un nivel superior a todo lo que ha conocido desde hace más de medio millón de años. Iniciada al comienzo de la era industrial hacia los años 1880, el alza se debe esencialmente a la acumulación de crecientes emisiones de gas carbónico y metano como resultado de la actividad humana. Si no hacemos nada, dicha alza va a seguir adelante.

La gran mayoría de los expertos que observan y estudian esos fenómenos son categóricos : a reserva de que se reduzcan las emisiones, y especialmente las de gas carbónico, en un factor al menos igual a 2, el globo verá su temperatura aumentar varios grados en el transcurso de este siglo. Un aumento semejante en la temperatura, comparable en cierta medida a los que siguieron los períodos glaciares pero que se producirá de manera mucho más rápida, traerá consecuencias mayores en el clima. Ello acarrearía consecuencias sobre nuestra salud, la vegetación y la producción agrícola, el nivel de los mares, las especies vivas, etc. que son evidentemente difíciles de percibir pero nadie puede descartar la posibilidad de que se produzcan evoluciones irreversibles y catastróficas que lleguen a poner en entredicho las condiciones de vida de la especie humana. ¿Qué estamos esperando frente al recalentamiento climático que nos amenaza para establecer el principio de precaución ? Tenemos que limitar las emisiones de gases con efecto invernadero por todos los medios a nuestra disposición.

Si ahorrar la energía de manera notable es posible y deseable en los países desarrollados, es imposible exigirles esfuerzos similares a los países en vía de desarrollo. A no ser que se dé una recesión económica catastrófica el consumo energético mundial va a seguir aumentando. Por eso es fundamental recurrir, cada vez que sea posible, a técnicas de producción energética que no usen combustibles fósiles. Dichas técnicas existen en el dominio de la producción de electricidad para las redes centralizadas : energía nuclear, hidroelectricidad, energía eólica. La energía solar fotovoltaica resulta particularmente bien adaptada a los sitios aislados y a los países cuya red de distribución eléctrica está poco desarrollada. La energía solar térmica y la geotermia, la biomasa utilizada correctamente, las bombas térmicas tienen que cobrar más importancia en cuanto a la calefacción de locales y la producción de agua caliente. Los transportes seguirán siendo tributarios de los combustibles fósiles durante largo tiempo todavía. Por eso es importantísimo buscar otras soluciones : desarrollar los transportes en común, los vehículos eléctricos, usar hidrógeno producido por electrólisis o descomposición termoquímica del agua..

Frente a los grandes países emergentes que, por necesidad y como venimos haciéndolo en el transcurso de los dos siglos pasados, van a basar en el carbón y el petróleo su desarrollo y que, por lo tanto (salvo si se concluyen los estudios actuales acerca de la captura de gas carbónico, esto siendo muy difícil de prever), verán aumentar sus emanaciones de gas carbónico, los países desarrollados deben demostrar que la limitación de emanaciones de gases con efecto invernadero gracias a las tecnologías modernas es posible, sin handicap económico mayor ni disminución de la calidad de vida. Francia (que, gracias a la energía nuclear ya tiene una posición codiciada, con emisiones de 6 toneladas de gas carbónico por habitante al año, contra 10 en Alemania y 20 en EE.UU.) debe seguir dando el ejemplo.

Ya ha llegado el tiempo de que los franceses se convenzan de que la meta del debate no es saber si hay que abandonar o no la energía nuclear que, considerando la forma en que la dominamos en nuestro país, no presenta sino riesgos mínimos en comparación con los de los gases con efecto invernadero, sino más bien (no se trata de abandonar “los combustibles fósiles” ya que sería totalmente irrealista) saber cómo “limitar lo más posible el uso de esos combustibles fósiles que amenazan nuestro clima”.

Llamamos a nuestros conciudadanos y nuestros dirigentes a emprender una política voluntarista y decidida, a la vez de ahorro de energía y de desarrollo de la energía nuclear y de las energías renovables. Semejante política es la única que pueda razonablemente garantizarle a nuestra generación y a las siguientes la preservación de condiciones climáticas aceptables y previsibles. Traducido por Arnaud Gaychet

Si usted lo desea,puede firmarlo y adherirse a la asociación “Sauvons le Climat” .

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